Los robos a los trenes de carga que viajan alrededor del país transportando mercadería se extienden. Ocurre en distintas provincias y suceden desde que se implementó este medio de transporte en la sociedad. Sin embargo, la localidad de Cruz Alta fue escenario de una serie de hechos en las últimas semanas que derivaron en una curiosa investigación.

Según le informó a LA GACETA el jefe de la comisaría de Las Cejas, José Sánchez, la investigación empezó como una tarea de oficio luego de que notara a un grupo de personas en los alrededores de los trenes que estaban estacionados en un acceso de carga de mercadería de la empresa Nuevo Central Argentino, ubicado en la ruta 302, mientras circulaba por allí para ir a su puesto de trabajo. Al acercarse al lugar observó que había varias personas dañando los vagones mientras intentaban sacar de su interior granos de maíz, trigo, girasol, soja y azúcar.

Inmediatamente se dirigió hacia el anexo de carga para entrevistarse con el supervisor general de la empresa ferroviaria, quien le informó que estos episodios ocurren de manera frecuente y que más allá del robo de los bienes, les generan daños a la infraestructura de los trenes, motivo por el que ya habían presentado una denuncia en la comisaría de Colombres el 5 de agosto.

Modus operandi

La estación de carga se encuentra ubicada entre la rotonda y el cementerio de Cevil Pozo. Allí hay dos vías que suelen estar constantemente ocupadas por trenes que vienen de hacer entregas desde distintos puntos del país y hacen una parada en Tucumán para recargar sus vagones con diferentes productos.

Mientras están estacionados allí algunos vecinos, y otras personas que llegan desde mayores distancias, aprovechan esas horas de carga y espera para sustraer el excedente que trae el tren luego de su largo recorrido. “Esto es un grave problema, ya que además de romper las bocas de descarga de los vagones y causarle un gran daño a la empresa, arriesgan sus vidas porque se tiran debajo de las vías para poder sacar los granos; los maquinistas no saben que hay gente debajo y muchas veces desplazan los trenes con personas tiradas al ras de las vías, volviendo la situación mucho más peligrosa de lo que ya es”, explicó el jefe de la Unidad Regional Este, Carlos Ruiz.

Según detalló Sánchez, hay algunas personas que van en grandes grupos que se trasladan en camionetas con bolsas de arpillera para poder almacenar los granos y el azúcar, y también hay otras personas que van a bordo de carros de tracción a sangre o a pie y se llevan la mercadería.

Mercado ilegal

Sánchez dijo que algo que le llamó la atención fue que al identificar e interrogar a las personas que estaban cometiendo el ilícito, estas les decían que los habían autorizado a sacar los productos que estaban en los vagones. Sin embargo, al consultarle este punto al supervisor general de NCA, el empleado negó rotundamente haber autorizado algo semejante.

El subcomisario, a pesar de que su jurisdicción es la comuna de Las Cejas, continuó investigando qué había detrás de estos ilícitos, por orden de Ruiz.

Al entrevistarse con los vecinos de la zona descubrió que habría unas personas orquestando y fomentando los robos con el fin de comercializar los granos y el azúcar que estaban almacenados en los vagones.

“Esta persona sería la que envía a los demás diciéndoles que tienen autorización para recolectar los granos y el azúcar de los vagones así después se los llevan y esta persona puede revenderlos. En general los testigos no quieren identificarse ni declarar en la Justicia porque temen a que el acusado los busque y amenace, pero según los datos que aportaron, creemos que se tratan de alrededor de un centenar de bolsas de arpillera, con capacidad para 50 kilogramos de almacenamiento, repletas de distintos granos y azúcar”, dijo Sánchez a LA GACETA.

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“Hay una mínima parte de las personas involucradas que sustraen los bienes por necesidad, para alimentar a sus animales; pero la línea investigativa con la que estamos trabajando es que los robos son principalmente para comercializar los bienes, por lo que estaríamos ante un mercado ilegal y debemos llegar a fondo de esta situación”, aseguró Ruiz. A partir de los datos aportados por los testigos, las bolsas de 50 kilogramos de maíz se estarían ofreciendo aproximadamente a $10.000 cada una.

El subcomisario adelantó que ya presentaron todos los avances y la información recolectada al Ministerio Público Fiscal y están a la espera de la aprobación de las medidas para poder avanzar en la pesquisa en los próximos días.